Al final, las cosas no resultaron como las habíamos planeado. Ni siquiera tuvimos una ruptura pasional. Te fuiste, cambié la cerradura ... y nada más.
Nada.
Para no romper la monotonía de los años que estuvimos juntos.
Nada.
Ni siquiera quedó un buen odio, de esos que motivan tanto como los buenos amores.
Y sin embargo, hubo un tiempo en que pensé que no podía respirar si vos no estabas cerca.
¿O será que al final, se me nubló la memoria y me inventé recuerdos con gusto a nada para no seguir llorando por tu partida?
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Siempre es nada la sensación... hermoso, breve, contundente.
ResponderEliminarTe abrazo
MentesSueltas
Hola.
ResponderEliminarAnte todo, gracias por visitarme. Te devuelvo la visita y quedo gratamente sorprendido. No por las bonitas piernas que sugieren tanto, sino por un muy hermoso texto que, precisamente, trata un tema que me atrae mucho: el desamor.
Sí, este buen principio augura un muy buen blog. Enhorabuena.
Un beso. Y espero volver pronto.
MentesSueltas:
ResponderEliminarContendente y triste, como la mayoría de los finales.
Mateo:
¡Muchas gracias por tus palabras! Y, por supuesto, te espero. Un beso.
Gracias por tu visita a mi blog de fotografías, y acabo de leer tus textos y ¿sabes una cosa?, yo hace unos años tenía sentimientos parecidos a esos que expresas, el final de algo siempre es triste pero no olvides que detrás llega el inicio de lo siguiente.
ResponderEliminarSaludos,
T
Un buen comienzo, me gustan tus letras.. y gracias por tu visita.
ResponderEliminarSigue, te añadiré a mi blog para no perderte...
besos